viernes, 1 de mayo de 2015

La muerte es imprescindible





La naturaleza humana implica un sin numero de idas y vueltas en todos los aspectos. La vida y la muerte, dotándose de sentido recíprocamente,  nos condicionan de manera inexorable. Estos tópicos nos bendicen y devuelven la sacralidad, y los que tenemos la posibilidad de sentirlo y hacer de ello una experiencia enriquecedora debemos asumir la enseñanza nunca acabada.
He estado muriendo mucho desde hace un buen tiempo. Una década para ser más precisos. En ese lapso incurrieron innumerables resucitadas, como la de hace unas horas atrás. Lo reconozco porque la sonrisa es fácil, la alegría por las pequeñeces es fortuita y esa sencillez me inspira continuar.
Habrán sido diversos factores los que otorgaron su cuota en el estado actual, pero le atribuyo la eclosión final a Los Caballeros del Zodiaco. Anoche se me ocurrió ver Las 12 Casas. Oh esos capítulos impregnados en la memoria de los 90!, en la inocencia de los que veíamos Magic Kids por la tarde inmediatamente después de volver de la escuela sin sacarnos los delantales. En fin fue la saga de los guardianes del universo, protectores de Athena, que  con su trípode Amor, Lealtad, Voluntad-Fortaleza revivieron en mi , cuál Ave Fénix, el fuego de la vida.
Hallé un concepto crucial y fundamental en toda esta historia de los Caballeros del Zodiaco y la vida en si misma consolidandose a través de la muerte, este es el amor que nos define en nuestras cotidianidades moviéndonos en el tiempo-espacio. De allí la sangre nutritiva que gira en las estrellas, de allí el poder para hacer crecer nuestros cosmos. A partir de y en ello podemos conocernos para hacernos, rehacernos, desarmados, deshechos para luego incorporar el nuevo terruño a nuestro espacio. Y crecer.
La muerte es una invitación, una oportunidad. Se sabe que las revoluciones son lentas, dolorosas, y es que el esfuerzo al cambio es así. Luego, al menos sin la muerte física, al entrar en la 
nueva vida la satisfacción nos invita al abrazo de nuestro sacrificio. Es por todo esto que Rayo Azul ha cambiado, muerto y nacido. 
Pronto, poco a poco, verás el manifiesto de su deseo primigenio pero fortalecido por la experiencia a través del tiempo en la tierra.
 Rayo